¿Qué es un esperpento?. Es la deformación sistemática de una realidad, en la que se potencian sus rasgos mas grotescos y absurdos. Estas deformaciones son muy abundantes en los tiempos en los que nos ha tocado vivir, en los que, a diario, podemos observar innumerables esperpentos en el plano internacional, pudiendo considerarlos, en el plano nacional, como una plaga para nuestra "una, grande y libre" España; en la que nos encontramos ante una gran variedad de clases de esperpentos: los más comunes son los políticos, que de la mano de los judiciales, conforman los poderes de nuestro esperpéntico régimen político, pero la cosa no acaba aquí, puesto que al lado de estos esperpentos también nos encontramos con los financieros, los empresariales, los periodísticos e incluso los religiosos, formando todos ellos lo que podemos denominar como “el esperpento nacional”, puesto que, tal y como señalan las palabras del genial dramaturgo Ramón de Valle Inclán, “el sentido trágico de la vida española solo puede mostrarse mediante una estética sistemáticamente deformada”.

miércoles, 30 de enero de 2013

La crisis del ladrillo desde el punto de vista del Age of Empires

Recreacion de España en el Age of Empires
Recreación de España en el Age of Empires

¿Quién no recuerda aquel mítico juego llamado Age of Empires?. Un gran juego de estrategia en tiempo real en el que podíamos conquistar el mundo, matar a todos nuestros enemigos y sacar a la luz el pequeño dictador que todos llevamos dentro. Seguramente casi todos nosotros nos pasamos horas y horas en nuestra juventud (algunos incluso hoy en día) tratando de conquistar y aniquilar a nuestros rivales.

La mecánica de este juego es muy simple, en un principio contamos con un “Ayuntamiento”, varios “aldeanos” (así es el término despectivo con el que en juego se designa a los obreros, que son quienes realizan todas las construcciones y producen todos los recursos), y una cantidad determinada de recursos: madera, piedra, oro y comida. Estos recursos iniciales, así como los que vayamos adquiriendo posteriormente, tendremos que usarlos para poder desarrollar nuestra economía y nuestra tecnología lo más rápidamente posible, construyendo casas, granjas, mercados, herrerías, universidades, iglesias, cuarteles militares, talleres de maquinaria, minas, serrerías e incluso "maravillas" (que no son más que grandes y caras edificaciones que lo único que aportan es que la ciudad que estamos creando pueda “salir en el mapa”, animando a los enemigos a que vengan a destruirlas). El objetivo de todas estas construcciones es tratar de crear el mayor ejército posible para destruir y matar a nuestros rivales (en el juego, al igual que en la vida real, la población civil tampoco se libra de la matanza). Con esta dinámica de juego, hasta los jugadores más inexpertos se dan cuenta de la necesidad de economizar los recursos, de que hay que seguir cierta lógica a la hora de realizar las construcciones, y lo importante que resulta el desarrollo tecnológico para poder mejorar las unidades haciéndolas más eficientes, por ejemplo, mejorando a los “aldeanos” para que carguen con más material, trabajen más rápido o sean más resistentes.

A estas alturas os estaréis preguntado que tiene que ver todo lo que acabo de exponer con la llamada “crisis del ladrillo” que sufre nuestro país desde el año 2008. La respuesta es muy sencilla. Durante los últimos años, en nuestro país, nos hemos dedicado, casi exclusivamente, a construir casas sin prestar atención a las innovaciones tecnológicas o a las educativas. Se han construido casas en los principales núcleos de población, casas por todo nuestro litoral, e incluso casas en determinados lugares aislados en los que no se contaba con ningún tipo de recurso; llegando hasta el punto de tener muchas más casas que "aldeanos", a pesar de que incluso el peor de los jugadores del Age of Empires sabe que de nada sirve seguir construyendo casas una vez alcanzado el máximo de población, (en España contamos con un parque de 27 millones de viviendas para unos 17 millones de familias, a pesar de que, en la actualidad, muchas de estas familias no pueden acceder a la vivienda).

Además de construir más casas de las necesarias, también hemos construido numerosas “maravillas” por diversas partes de nuestro territorio (el Palma Arena de Mallorca, la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, la Caja Mágica en Madrid, el Puerto Deportivo de Valencia, o el Fórum de la Cultura en Barcelona entre otras), que solo sirven para gastar más recursos y para “que se vean”, la mayor parte de las veces desde fuera, logrando así que la ciudad que las posea “salga en el mapa”.

Todo apunta a que no solo nuestra clase política ha estado jugando durante estos años a lo que podríamos denominar “Age of Spain”, sino que ha realizado la peor partida de la historia, dejando como resultado de su gestión una España prácticamente sin recursos, llena de casas (muchas de ellas vacías), muchas "maravillas" que no sirven para nada y casi seis millones de “aldeanos” parados.

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