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Recreación de España en el Age of Empires |
¿Quién no recuerda aquel mítico juego
llamado Age of Empires?. Un gran juego de estrategia en tiempo real
en el que podíamos conquistar el mundo, matar a todos nuestros
enemigos y sacar a la luz el pequeño dictador que todos llevamos
dentro. Seguramente casi todos nosotros nos pasamos horas y horas en
nuestra juventud (algunos incluso hoy en día) tratando de
conquistar y aniquilar a nuestros rivales.
La mecánica de este juego es muy
simple, en un principio contamos con un “Ayuntamiento”, varios
“aldeanos” (así es el término despectivo con el que en juego se
designa a los obreros, que son quienes realizan todas las
construcciones y producen todos los recursos), y una cantidad
determinada de recursos: madera, piedra, oro y comida. Estos recursos
iniciales, así como los que vayamos adquiriendo posteriormente,
tendremos que usarlos para poder desarrollar nuestra economía y
nuestra tecnología lo más rápidamente posible, construyendo casas,
granjas, mercados, herrerías, universidades, iglesias, cuarteles
militares, talleres de maquinaria, minas, serrerías e incluso
"maravillas" (que no son más que grandes y caras edificaciones que lo único que aportan
es que la ciudad que estamos creando pueda “salir en el
mapa”, animando a los enemigos a que vengan a destruirlas). El objetivo de todas estas construcciones es tratar de crear el mayor ejército posible para
destruir y matar a nuestros rivales (en el juego, al igual que en la
vida real, la población civil tampoco se libra de la matanza). Con
esta dinámica de juego, hasta los jugadores más inexpertos se dan
cuenta de la necesidad de economizar los recursos, de que hay que
seguir cierta lógica a la hora de realizar las construcciones, y lo
importante que resulta el desarrollo tecnológico para poder mejorar
las unidades haciéndolas más eficientes, por ejemplo, mejorando a
los “aldeanos” para que carguen con más material, trabajen más rápido o sean más resistentes.
A estas alturas os estaréis preguntado
que tiene que ver todo lo que acabo de exponer con la llamada “crisis
del ladrillo” que sufre nuestro país desde el año 2008. La
respuesta es muy sencilla. Durante los últimos años, en nuestro
país, nos hemos dedicado, casi exclusivamente, a construir casas sin
prestar atención a las innovaciones tecnológicas o a las
educativas. Se han construido casas en los principales núcleos de
población, casas por todo nuestro litoral, e incluso casas en
determinados lugares aislados en los que no se contaba con ningún
tipo de recurso; llegando hasta el punto de tener muchas más casas
que "aldeanos", a pesar de que incluso el peor de los jugadores del Age
of Empires sabe que de nada sirve seguir construyendo casas una vez
alcanzado el máximo de población, (en España contamos con un
parque de 27 millones de viviendas para unos 17 millones de familias,
a pesar de que, en la actualidad, muchas de estas familias no pueden
acceder a la vivienda).
Además de construir más casas de las
necesarias, también hemos construido numerosas “maravillas” por
diversas partes de nuestro territorio (el Palma Arena de Mallorca, la
Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, la Caja Mágica en
Madrid, el Puerto Deportivo de Valencia, o el Fórum de la Cultura en
Barcelona entre otras), que solo sirven para gastar más recursos y
para “que se vean”, la mayor parte de las veces desde fuera,
logrando así que la ciudad que las posea “salga en el mapa”.
Todo apunta a que no solo nuestra
clase política ha estado jugando durante estos años a lo que
podríamos denominar “Age of Spain”, sino que ha realizado la
peor partida de la historia, dejando como resultado de su gestión
una España prácticamente sin recursos, llena de casas (muchas de
ellas vacías), muchas "maravillas" que no sirven para nada y casi seis
millones de “aldeanos” parados.
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